La historia sobre el destino de los fondos MINER en Laciana: (información aparecida en el diario de León).
El ‘ejemplo a seguir’ comenzó a fraguarse en el 2008, año en el que se anunciaba una partida de un millón de euros con cargo a los Miner del 2006. El 30% de esa cantidad se destinó a la excavación del castro de la Muela, mientras que el 70% restante fue a parar a la ampliación, reforma y dotación del edificio. Dicho centro tendría cuatro salas para acoger el mundo celta, el mundo romano, distintos audiovisuales y una visión general sobre la historia de Laciana. Además, se anunció una ruta desde el castro de la Muela hasta el propio centro. Seis años después, nada. Los restos que descubrieron los trabajos arqueológicos en los yacimientos de La Muela y La Zamora están literalmente engullidos por la maleza, los elementos de la señalética han sido arrancados y, según ha podido saber este periódico, los proyectores que se habían adquirido para el centro de interpretación fueron robados días después de su inauguración.
Pero ahí no acaba la mala suerte de un proyecto que parece haber recibido mal de ojo. La Junta adjudicó el proyecto a una empresa que entró en suspensión de pagos antes de entregar la obra, con lo que los trabajos tuvieron que ser licitados y adjudicados de nuevo. Sin embargo, la fatalidad siguió cebándose con Rioscuro. La nueva adjudicataria termina la obra pero durante la tramitación de los boletines necesarios para abrir el centro, Industria exige a la Junta el visado del proyecto por el Colegio de arquitectos de León que la administración autonómica no tiene. Desde Patrimonio se asegura a DIARIO DE LEÓN que este visado es un trámite que «no se exige generalmente para los proyectos de la administración» y se asegura que estas «incidencias» se han solucionado ya. «Todo el expediente quedará cerrado este mes para que el Ayuntamiento pueda iniciar la gestión del edificio», añaden.
Sin embargo, y si bien nada tiene por qué poner en duda —un año después— que estos plazos se cumplirán, la pregunta es de dónde saldrá el dinero ahora para reparar los daños sufridos, qué sistema de seguridad se instalará para impedir que los ladrones vuelvan a entrar en el edificio que hace las veces de centro de interpretación y si el dinero público se invierte con sentido común.
El ‘ejemplo a seguir’ comenzó a fraguarse en el 2008, año en el que se anunciaba una partida de un millón de euros con cargo a los Miner del 2006. El 30% de esa cantidad se destinó a la excavación del castro de la Muela, mientras que el 70% restante fue a parar a la ampliación, reforma y dotación del edificio. Dicho centro tendría cuatro salas para acoger el mundo celta, el mundo romano, distintos audiovisuales y una visión general sobre la historia de Laciana. Además, se anunció una ruta desde el castro de la Muela hasta el propio centro. Seis años después, nada. Los restos que descubrieron los trabajos arqueológicos en los yacimientos de La Muela y La Zamora están literalmente engullidos por la maleza, los elementos de la señalética han sido arrancados y, según ha podido saber este periódico, los proyectores que se habían adquirido para el centro de interpretación fueron robados días después de su inauguración.
Pero ahí no acaba la mala suerte de un proyecto que parece haber recibido mal de ojo. La Junta adjudicó el proyecto a una empresa que entró en suspensión de pagos antes de entregar la obra, con lo que los trabajos tuvieron que ser licitados y adjudicados de nuevo. Sin embargo, la fatalidad siguió cebándose con Rioscuro. La nueva adjudicataria termina la obra pero durante la tramitación de los boletines necesarios para abrir el centro, Industria exige a la Junta el visado del proyecto por el Colegio de arquitectos de León que la administración autonómica no tiene. Desde Patrimonio se asegura a DIARIO DE LEÓN que este visado es un trámite que «no se exige generalmente para los proyectos de la administración» y se asegura que estas «incidencias» se han solucionado ya. «Todo el expediente quedará cerrado este mes para que el Ayuntamiento pueda iniciar la gestión del edificio», añaden.
Sin embargo, y si bien nada tiene por qué poner en duda —un año después— que estos plazos se cumplirán, la pregunta es de dónde saldrá el dinero ahora para reparar los daños sufridos, qué sistema de seguridad se instalará para impedir que los ladrones vuelvan a entrar en el edificio que hace las veces de centro de interpretación y si el dinero público se invierte con sentido común.