LA SIESTA:
La siesta, una costumbre que responde a dos necesidades: la de descanso que busca el cerebro (resuelve problemas, estimula la imaginación y la creatividad) y la producida por la digestión (al comer una gran cantidad de sangre se dirige al estómago disminuyendo el aporte al cerebro, por lo que éste intenta ponerse en modo ahorro de energía). Pero, ¿es bueno dormir siempre la siesta?
“Dormir la siesta es una buena costumbre siempre y cuando la persona esté cansada y la necesite, de lo contrario no es aconsejable”.
Claves para una siesta perfecta:
-Duración:
El sueño se divide en cinco etapas. Lo ideal para que nos despertemos bien de la siesta sin efectos secundarios molestos es no pasar de la segunda etapa, que se alcanza normalmente a los 20 o 30 minutos. A rasgos generales, para una recarga rápida de energía es suficiente con 10 o 20 minutos, para mejorar la capacidad cerebral unos 60 minutos y para aumentar la creatividad unos 90 minutos.
- ¿Cuándo?
El descenso de energía ocurre entre las 13 y 15 horas, y sobre las 14 horas existe una ventana fisiológica del sueño (momento de propensión al sueño marcado por nuestro ritmo circadiano) en el que la recuperación de energía es mayor. Lo ideal es echarse la siesta unos 30 minutos tras la comida para que el estómago ya esté a pleno funcionamiento pero parte del contenido ya esté en proceso, de forma que el aporte necesario de sangre sea elevado pero no total.
- ¿En qué postura?
Depende en gran medida de cada persona, pero hay una postura -decúbito supino (boca arriba) que puede contribuir a la aparición de ciertos problemas como apnea del sueño, ronquidos o reflujo.
- ¿Dónde?
El lugar ideal, claro, debe ser tranquilo, con poca luz y poco ruido. Será más sencillo dormirse en la cama, aunque para muchos su lugar favorito sea el sofá. Dormir semi- sentado ayuda a un despertar más fácil y evita caer en un sueño demasiado profundo.
Beneficios de la siesta…
Dormir la siesta mejora el rendimiento y la digestión, disminuye el riesgo de padecer infartos, mejora nuestro bienestar global, disminuye la hipertensión arterial y el estrés, y favorece el mantenimiento de las funciones cognitivas.
Desventajas:
Si uno no consigue descansar en el tiempo que espera dedicar a la siesta puede sufrir frustración e incluso más cansancio. Además, determinados dolores de tipo artrósico y artrítico pueden verse aumentados, así como los respiratorios (en función de la postura durante el sueño).
¿Afecta al sueño nocturno?
El ser humano necesita dormir entre 6 y 8 horas para poder estar despierto otras 16 horas. La distribución de esas horas de sueño puede hacerse en un solo ciclo o en varios, sin perjuicio para el cuerpo. La siesta tan solo perjudica al sueño cuando es demasiado prolongada (más de una hora) y/o demasiado tardía (cercana al sueño nocturno).
El premio novel de literatura, fallecido hace pocos años, era un gran defensor de la siesta, de la que decía: Una siesta que se precie, ha de ser con pijama y orinal.
La siesta, una costumbre que responde a dos necesidades: la de descanso que busca el cerebro (resuelve problemas, estimula la imaginación y la creatividad) y la producida por la digestión (al comer una gran cantidad de sangre se dirige al estómago disminuyendo el aporte al cerebro, por lo que éste intenta ponerse en modo ahorro de energía). Pero, ¿es bueno dormir siempre la siesta?
“Dormir la siesta es una buena costumbre siempre y cuando la persona esté cansada y la necesite, de lo contrario no es aconsejable”.
Claves para una siesta perfecta:
-Duración:
El sueño se divide en cinco etapas. Lo ideal para que nos despertemos bien de la siesta sin efectos secundarios molestos es no pasar de la segunda etapa, que se alcanza normalmente a los 20 o 30 minutos. A rasgos generales, para una recarga rápida de energía es suficiente con 10 o 20 minutos, para mejorar la capacidad cerebral unos 60 minutos y para aumentar la creatividad unos 90 minutos.
- ¿Cuándo?
El descenso de energía ocurre entre las 13 y 15 horas, y sobre las 14 horas existe una ventana fisiológica del sueño (momento de propensión al sueño marcado por nuestro ritmo circadiano) en el que la recuperación de energía es mayor. Lo ideal es echarse la siesta unos 30 minutos tras la comida para que el estómago ya esté a pleno funcionamiento pero parte del contenido ya esté en proceso, de forma que el aporte necesario de sangre sea elevado pero no total.
- ¿En qué postura?
Depende en gran medida de cada persona, pero hay una postura -decúbito supino (boca arriba) que puede contribuir a la aparición de ciertos problemas como apnea del sueño, ronquidos o reflujo.
- ¿Dónde?
El lugar ideal, claro, debe ser tranquilo, con poca luz y poco ruido. Será más sencillo dormirse en la cama, aunque para muchos su lugar favorito sea el sofá. Dormir semi- sentado ayuda a un despertar más fácil y evita caer en un sueño demasiado profundo.
Beneficios de la siesta…
Dormir la siesta mejora el rendimiento y la digestión, disminuye el riesgo de padecer infartos, mejora nuestro bienestar global, disminuye la hipertensión arterial y el estrés, y favorece el mantenimiento de las funciones cognitivas.
Desventajas:
Si uno no consigue descansar en el tiempo que espera dedicar a la siesta puede sufrir frustración e incluso más cansancio. Además, determinados dolores de tipo artrósico y artrítico pueden verse aumentados, así como los respiratorios (en función de la postura durante el sueño).
¿Afecta al sueño nocturno?
El ser humano necesita dormir entre 6 y 8 horas para poder estar despierto otras 16 horas. La distribución de esas horas de sueño puede hacerse en un solo ciclo o en varios, sin perjuicio para el cuerpo. La siesta tan solo perjudica al sueño cuando es demasiado prolongada (más de una hora) y/o demasiado tardía (cercana al sueño nocturno).
El premio novel de literatura, fallecido hace pocos años, era un gran defensor de la siesta, de la que decía: Una siesta que se precie, ha de ser con pijama y orinal.