Convencido estoy de este tu último día
adiós mi querido mes de mayo
si bien no olvidaré aquellos momentos
que la vida antes y ahora me ha regalado
para enseñarme cómo debía caminar
a veces aceptándolo de buen grado
a veces revelándome con vehemencia
a veces como si todo estuviera pactado.
Sé que nadie me robó la primavera
pues ella sola sin esperarla se ha presentado
tan solo he dejado que mis ojos mirasen
como desde mi ventana han mirado
pudiendo descubrir una estación renacida
llena de sonidos que sentí haber olvidado
asfixiada y derrotada pero no vencida
por la sinrazón de quienes la habitamos.
Has pretendido robarme adioses
que nunca debieron ser pronunciados
de aquellos que partieron en la soledad
con la usencia del calor de ese abrazo
que acompaña el final de un camino
antes de un tiempo inacabado
mas quiero decirte bien claro y sin miedo
que tu propósito esta vez has errado
abrazaré por siempre en mi memoria
los momentos en que me han acompañado.
Me has regalado un tiempo
que nunca antes había aceptado
y ahora con sencillez lo he acogido
mas no creas que de buen grado
pero gracias a este inoportuno presente
que a fuerza me has entregado
he abierto mis ojos y mi mente
a un mundo que parece estar cambiando.
He aprovechado este confinamiento
para repasar lo mil veces antes repasado
pudiendo encontrar en cada instante
lo que nunca debí haber olvidado
la verdadera razón por la que hago camino
y que cada noche había soñado;
soñé con ser mejor persona
sin hasta ahora haberlo alcanzado
prometiéndome cada nueva mañana
una nueva oportunidad para lograrlo.
Sé que en este día partes
adiós mi mes de mayo
mas cuando de nuevo regreses
volveremos a encontrarnos
tú igual que siempre
yo con un tiempo ya pasado.
José Manuel Contreras
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