El filandero, filandón, filorio, hila o velada de aldea, que todas estas denominaciones recibe según las comarcas, era una de las distracciones invernales que mezclaba e trabajo casero con la convivencia vecinal. Días cortos y noches interminables impulsaban a estas reuniones de gentes amigas o emparentadas.
Cuando el viento silbaba en la calle arrastrando las celliscas y formando tornas de nieve y lejos se oía el aullido del lobo, el ladrido del raposo y el graznido del chotacabra, acudían las ... (ver texto completo)
Cuando el viento silbaba en la calle arrastrando las celliscas y formando tornas de nieve y lejos se oía el aullido del lobo, el ladrido del raposo y el graznido del chotacabra, acudían las ... (ver texto completo)