Gente qe trabajará en las minas de san pedro en los 50
Llevo esperándote una eternidad.

Le dijo el papel en blanco

al afilado lápiz de carbón

cuando por fin se encontraron.

¿Cuánto es una eternidad?

Preguntó con interés

acercándose lo imprescindible

para no dejar su huella.

No sabría decirte con exactitud,

respondió dudando,

se lo escuché una vez a un poeta

en una lejana tarde de otoño

cuando posando sus manos sobre mí

mientras soñaba con escribir unos versos

sentí el latido de un solitario corazón.

Quizá sea el tiempo entre primaveras

o quizá entre dos amaneceres;

podría ser el tiempo entre mareas

o el del pausado florecer de los rosales.

No sé cuánto dura una eternidad.

Solo sé que aquí espero a alguien como tú,

que quiera grabar sus sentimientos

palabra por palabra y silencio por silencio

sobre esta blanca piel que me conforma.

O si quieres puede dibujar un sueño

o un fugaz pensamiento,

no temas esculpir con tu fino trazo

dentro de los límites de mis cuatro lados

todo aquello que tu libertad anhele,

pues alguien encontrará nuestra unión

y la compartirá en un viaje sin fin

donde el horizonte aún está por alcanzar.

No sé cuánto tiempo llevo esperándote,

quizá y solo quizá,

toda una eternidad.

Jose Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Cuéntame un cuento abuelo

–le dijo la niña al anciano–,

pero que no hable de príncipes azules

ni de hermosos castillos lejanos.

Cuéntame un cuento abuelo
... (ver texto completo)
Me gusta mirar el cielo

las noches de Luna Nueva

cuando las estrellas titilan solitarias

sin la visible compañía de la silenciosa

vigía que duerme mis sueños.
... (ver texto completo)
Aún eres pequeña, muy pequeña

para entender de qué va “todo esto”

a lo que los adultos le llamamos vida

y donde los que sois recién llegados

solo percibís poco más de cuanto os rodea.

Ahora que tan solo tienes tres años

déjame que te cuente alguna que otra cosa

que en mi caminar por este lugar

al que los adultos llamamos Mundo

he ido descubriendo desde que llegué

hasta los últimos pasos por ahora dados.

Quiérete siempre,

solo así aprenderás a querer a los demás.

Ama la Naturaleza que te rodea

pues siempre te protegerá en la misma proporción

que tú la protejas a ella.

Aprende algo nuevo cada día

pues te servirá para tomar decisiones

cuando tengas la necesidad de hacerlo.

Se siempre agradecida

para con aquellos que iluminan tu camino

o te enseñen con su ejemplo a seguir tu senda,

incluso con aquellos que pongan

algún que otro obstáculo que debas salvar

en tu devenir diario se generosa,

el resentimiento y el rencor solo ensombrecerán

tu felicidad y no merece la pena alimentarlos.

Aprende a perdonar, mi pequeña,

pero sobre todo aprende a perdonarte

sabiendo, como debes saber,

que aun sin ser el centro del Universo

formas parte de él, sin duda alguna;

solo perdonándote serás capaz de levantarte

tantas veces como por tropezar caigas,

pues tropezaras muchas veces

y seguramente caerás otras tantas,

sin que eso deba preocuparte

ya que podrás alzarte y seguir tu camino.

También podría hablarte

de a qué huele la primavera,

o cuántas formas tiene un copo de nieve,

o de cuántos colores se pinta el otoño,

o del cálido amanecer de los días de verano…,

pero prefiero que descubras toda su magia

sin que mis palabras te condicionen.

Podría hablarte de la mar océana

y del cautivador vaivén de sus olas

o de su estruendo cuando rompe contra las rocas,

pero prefiero que descubras sus playas

y que tus pies descalzos te hablen

de todo aquello cuanto sientan.

Podría hablarte de toda la gente que te quiere,

de cómo esperaban tu llegada

con todas sus dudas y con todas sus certezas,

de sus risas contagiadas por la tuya,

del mirar de sus miradas…,

mas desconozco su sentir.

Pero sí puedo decirte cuánto te amo

y cuánto te pienso

y cuánto de sueño

y cuánto te extraño…,

tan solo un Universo entero.

Se feliz siempre

pues es la verdadera razón de tu llegada,

y aunque aún seas pequeña, muy pequeña

para entender de qué va “todo esto”

no olvides que entre estos versos

hay guardado un pedacito del corazón de tu abuelo.

José Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Escucho el monótono golpear

de la lluvia en los cristales

mientras anochece la tarde

y el día se acerca inexorable a su fin.

Las semanas se van sucediendo fugaces
... (ver texto completo)
Desplegué mis frágiles alas de mariposa

para saludar la llegada de la primavera

y sentir así la luz y el calor que la acompaña

mientras despierta de nuevo la Naturaleza.

Quería volar libre esta mañana y elevarme
... (ver texto completo)
Y si este caminar que caminamos

fuera tan solo el regreso al hogar?

¿Y si al iniciar esta andadura

se hubieran abierto ante nosotros

todas las oportunidades que el Universo

es capaz de brindarnos

por el simple hecho de haber nacido?

Quizá nada sea

lo que parece ser.

¿Y si este principio ha sido

el final de algo que comenzó?

¿Y si el final será simplemente el principio

de algo que está por comenzar?

¿Y si hubiéramos llegado aquí

tan solo para aprender, aprender,

y aprender…,

sobre todo aquello que desconocemos?

¿Y si cada enseñanza

fuera un regalo tras otro

para alcanzar un mayor conocimiento

para avanzar sobre lo ignorado

para descubrir el verdadero horizonte?

Quizá nada sea

lo que parece

y nada parece

lo que realmente es.

Jose Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Cómo no echar de menos

el calor de tus abrazos,

la suavidad de tus besos

o la alegría de tu sonrisa?

¿Cómo no echar de menos

el timbre de tu voz

hablándome de los claroscuros de la vida,

o el olor de la canela en la cocina

cuando nos preparabas arroz con leche?

Cómo no echarte de menos, mamá.

Sé que aún estás a mi lado

cada vez que siento el latido de tu recuerdo

que paciente acompaña mi caminar

cada mañana al levantarme

o cuando anochece la tarde,

cada primavera en su regreso

o al final de cada otoño.

Para mí no es solo hoy tu día

insignificante instante sería el dedicado

a la mujer que aquel ya lejano mes de mayo

me regaló la vida.

Incontables son los momentos

que perlan con los más bellos de los recuerdos

cada nuevo amanecer.

Solo con entornar mis ojos

mirando hacia este interior que me habita

volvemos a encontrarnos

una vez tras otra.

Recuerdo tu sonrisa

y el mirar de tu mirada,

mamá;

recuerdo todo lo aprendido

cuando estabas a nuestro lado

y el día en el que partiste,

mamá;

te recuerdo cada día,

mamá,

porque sé que siempre

vivirás en mí hasta el final.

Jose Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Me he fijado en las nubes

que silenciosas y sin prisas

caminan bajo el azul de este cielo

que nos abraza en esta primavera extraña

formando y deformando formas
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Siento el pasar de los años

cuando observo mi rostro

que sin adornos me devuelve el espejo

cuando me dispongo frente a él,

sin intención de buscar a ese niño
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Pues preciosa no puedo decir mas
La felicidad es esa invitada caprichosa

que nos visita cuando le viene en gana

y, a veces, nos abandona sin previo aviso

y sin motivo alguno que lo provoque.

Es en ese tiempo de dicha
... (ver texto completo)
Me he asomado a tus ojos

mientras tú mirabas mi mirada

y he vuelto a encontrar esa sonrisa

que me enamoró antaño

manteniendo el acompasado latido

de dos corazones al encontrarse.

Sé que nunca la habías perdido

quizá se distrajo un breve instante

entre preocupaciones y ocupaciones,

pero ahí permanecía con esa luz,

esa melodía y esos colores que siempre ha tenido.

Celebro el final de tal distracción

y el retorno del brillo de tu mirada

mientras miro a la mujer que amo

sintiendo cómo se estremece mi cuerpo

pensando en acariciar tu piel

mientras tú acaricias la mía

como siempre nos hemos acariciado.

Jose Manuel Contreras ... (ver texto completo)
Me he sentado a escribir un poema

en el Día Mundial de la poesía

y si bien era eso lo que yo quería

no estaban las musas para esta tarea.

Las invoqué con mi alegría y mi pena

al observar que los versos no salían

deberían andar ocupadas pues no venían

con algún que otro insigne poeta.

No sé a quién recurrir para este logro

entre trasgos, hadas, elfos y ogros

implorando de alguno de ellos tal osadía

mientras busco entre todos los silencios

que dibujo sin rasgos entre mis versos

la primera palabra que inicie esta poesía.

Jose Manuel Contreras ... (ver texto completo)