Alguna vez ayude a mi madre en el tema de los chorizos.
Una máquina como esta la compartían mi madre y su hermana. Al final se la quedó mi tía. Pero me acuerdo perfectamente del trabajo, que daba la mantanza, y del humor tan fantástico, que a pesar del trabajo duro, siempre tenía mi madre. Cuando se decidio dejar de hacer la matanza yo creó que mi madre se alegro.
Era duro de verdad.
Aunque todo lo que salia del cerdo era un manjar y una delicia al paladar.
Una máquina como esta la compartían mi madre y su hermana. Al final se la quedó mi tía. Pero me acuerdo perfectamente del trabajo, que daba la mantanza, y del humor tan fantástico, que a pesar del trabajo duro, siempre tenía mi madre. Cuando se decidio dejar de hacer la matanza yo creó que mi madre se alegro.
Era duro de verdad.
Aunque todo lo que salia del cerdo era un manjar y una delicia al paladar.