Oración para el día octavo.
Tristísima y dolorosísima Virgen Maria mi Señora, que viendo el Sagrado cuerpo de vuestro Hijo afeado y destrozado en el estrago y multitud de llagas que por todo él había refundido la humana impiedad enemiga en lágrimas, con ellas lavasteis su cuerpo tan afeado; aplicasteis su divino rostro al vuestro purísimo; con el mas tierno y compasivo afecto le ungisteis, amortajasteis y le condujisteis al sepulcro donde con él dejasteis vuestro amantísimo corazón: Dadme licencia, ... (ver texto completo)
Tristísima y dolorosísima Virgen Maria mi Señora, que viendo el Sagrado cuerpo de vuestro Hijo afeado y destrozado en el estrago y multitud de llagas que por todo él había refundido la humana impiedad enemiga en lágrimas, con ellas lavasteis su cuerpo tan afeado; aplicasteis su divino rostro al vuestro purísimo; con el mas tierno y compasivo afecto le ungisteis, amortajasteis y le condujisteis al sepulcro donde con él dejasteis vuestro amantísimo corazón: Dadme licencia, ... (ver texto completo)