Erase un gato que vivía muy
feliz con su amo. No tenia que esforzarse en
cazar ratones ya que su amo lo mimaba tanto que le daba de
comer como si fuera un comensal mas de la
casa. Despues de bien comido dormia en una almohada que su amo le tenia en el escaño. Era un gato señorito.
Pero la mala suerte lo acechaba y un dia su amo murió. El pobretin desamparado, con la pena de haber perdido a su amo, hechando de menos el plato de
comida y el calor de la casa. Deambulaba, por la
calle de los
Balcones,
... (ver texto completo)