El torero, con el capote sujeto con las dos manos, cita al astado, adelantando el trapo y echando hacia atrás la pierna contraria. Así se trae la embestida. El
toro busca el enfrentamiento. La nobleza del animal hace vibrar al público. Pide sangre. El Maestro se prepara para el tercio de banderillas llevando al toro encelado en el vuelo de su capote y sacándolo hacia los medios, con suavidad y temple. Continuando después en los medios, por el pitón derecho, en series en las que el torero rompía su
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