Mi abuela Victorina, Fermi, era la mujer trabajadora, luchadora, calculadora, observadora y llevaba todo el peso de la
casa. Una casa nada fácil de llevar, había negocio y después hogar y debía de estar siempre al pie del cañón. Nunca tuvo un momento para descansar, era infatigable. La mi Delmina siempre me lo dice: tu abuela murió la pobre desgastada, de tanto trabajar. Mi abuelo, el hombre, con otro carácter, lo llevaba con otro estilo, él atendía la barra y a todos los que se quedaban enganchados
... (ver texto completo)