No sé yo, una víspera de reyes pase un décimo de lotería por la chepa de un paciente que decian que traía buena suerte y a la mañana siguiente me encontré el depósito de la gasolina agujereado y vacio.
El décimo era tuyo, pero el que llenó su
coche a tu salud, igual fue él. Por eso dice Ofe, que la suerte no se sabe bien quien la va a disfrutar.