GRACIAS, MUCHAS GRACIAS
querido abuelo, por todos los bonitos recuerdos que me regalaste durante mi niñez y mi
juventud. Por los inolvidables ratos que pasé a tu lado jugando a la brisca, a los bolos, yendo a Turcio a bañarnos, echando carreras en plena
carretera, en aquellas añoradas
noches de
verano tomando el fresco, escuchando tus "letanías" sentados en aquel banco de madera que fue testigo de lo que hizo cierta mujer de un boticario; gracias por aquellas entrañables
fotos que Reclinto, siempre
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