A ti, Niñi.
Recuerdos de aquel
juego llamado "de los cartones" en cualquier parte del
pueblo y a la salida de la
escuela. Nos acompañaba en ocasiones el sano frío que hacía asomar en nuestras napias, sendas velas verticales que acababan casi siempre resignadas descansando en las brillantes y pegajosas mangas de las sufridas chaquetas. Y es que el juego primaba, no se podía perder tiempo en soltar las preciadas
piedras de las manos, para sacar los pañuelos. Último, último, timo, timo, timo……. (alguien
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