Romance de la loba parda
Estando yo de pastor / pintando la mi cayada,
vi venir siete lobitos / por una linda cañada.
Venían echando suertes / a ver a cuál le tocaba,
y le tocó a una lobita / patituerta, cana y parda.
Siete vueltas dio a la rede / sin poderme sacar nada,
de las siete pa las ocho / sacó la cordera blanca,
hija de la oveja rucia / nieta de la colorada,
la que tenían mis amos / para el domingo de Pascua.
-Arriba, perros, arriba / y mi perra trujillana,
que si me cogéis la loba / tendréis la cena doblada.
Siete calderos de leche / y otros tantos de cuajada,
y si no me la cogéis / cenaréis con la cayada.
Siete leguas la corrieron / pasaron siete colladas,
al pasar un arroyuelo / la loba ya iba cansada.
-Tomad, perros, la borrega / viva y sana como estaba.
-No queremos la borrega / de tus dientes maltratada.
Queremos el tu pellejo / pal pastor una zamarra,
las orejas para guantes / para las manos del ama.
Tus dientes para cuchillos / tus muelas para navajas,
y el rabo para un cintillo / para atarse las polainas.
La cabeza pa un zurrón / para guardar las cucharas,
y las tripas pa vihuelas / para que bailen las damas.
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