No pierdas tan bellas ocasiones de callar, como a diario te ofrecerá la vida. O calla o algo di que mejor que callar sea.
Para hacerse oír, a veces hay que cerrar la boca. Hace más ruido un sólo hombre gritando que cien mil que están callados.
En virtud de la palabra, el hombre es superior al animal; por el silencio se supera a sí mismo. Para hacerse oír, a veces hay que cerrar la boca.
Muchas veces lo que se calla hace más impresión que lo que se dice. El hombre que no sabe callar tampoco sabe hablar.
Un postre sin queso es como una doncella hermosa, pero tuerta. Lo que distingue al hombre inteligente de los animales es el modo de comer.
Nuestras vidas no están en manos de los dioses, sino en manos de nuestros cocineros. Un postre sin queso es como una doncella hermosa, pero tuerta.