Conceder el perdón es el más alto grado de vanidad o de miedo. Nada envalentona tanto al pecador como el perdón.
Perdona siempre a los demás, nunca a ti mismo. Conceder el perdón es el más alto grado de vanidad o de miedo.
Nunca vaciles en tender la mano; nunca titubees en aceptar la mano que otro te tiende. Lo que más odio es que me pidan perdón antes de pisarme.
Vencer y perdonar, es vencer dos veces. Nunca vaciles en tender la mano; nunca titubees en aceptar la mano que otro te tiende.
Perdonamos fácilmente a nuestros amigos los defectos en que nada nos afectan. El hombre crece cuando se arrodilla.
Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender. Sería más eficiente. Perdonamos fácilmente a nuestros amigos los defectos en que nada nos afectan.
Se perdona mientras se ama. Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender. Sería más eficiente.