Una vez terminado el juego el rey y el peón vuelven a la misma caja. La mujer llora antes del matrimonio, el hombre después.
Cuando apuntas con el dedo, recuerda que tres dedos te señalan a ti. Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve.
Castiga a los que tienen envidia haciéndoles bien. Cuando apuntas con el dedo, recuerda que tres dedos te señalan a ti.
Es una locura amar, a menos de que se ame con locura. Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman.
Caer está permitido. Levantarse es obligatorio!. El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él.