A la sombra de un hombre célebre hay siempre una mujer que sufre. Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final
Las heridas de la calumnia se cierran pero quedan las cicatrices. Calumniad, calumniad que algo quedará.
El mal de la calumnia es semejante a la mancha de aceite: deja siempre huellas. Perseverar en el cumplimiento del deber y guardar silencio es la mejor respuesta a la calumnia.
Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro. El mal de la calumnia es semejante a la mancha de aceite: deja siempre huellas.
Aunque tu mujer haya cometido cien faltas no la golpees ni con una flor. Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro.
Las maldiciones no van nunca más allá de los labios que las profieren. Aunque tu mujer haya cometido cien faltas no la golpees ni con una flor.
El juego de ponerse límites a sí mismo es uno de los placeres secretos de la vida Todo tiene sus límites.
A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos El juego de ponerse límites a sí mismo es uno de los placeres secretos de la vida
El que retiene algo que no necesita es igual a un ladrón. A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos
Piensa el ladrón que todos son de su condición. El que retiene algo que no necesita es igual a un ladrón.
La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música. Piensa el ladrón que todos son de su condición.
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