Y en un paraje del Viejo Reino, alquien pensó que, mejor referirse al de la linde, era más práctico decir que, era más tonto que una mata de habas. Y ahí vino otro lío. Al Facedor, no le gustó la comparanza, y otro lío... y el castigo... expulsarás, por donde la espalda va perdiendo su nombre, el ciento por uno (o más, según el compango) y llegarás aromatizado a tu celda... Y fue peor, porque el castigo los sufrieron los que le rodeaban.
Bueno, y hay más fallos en la creación del universo, pero de éso, como del Gobierno, hablaremos otro día
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