Maria Luisa, muchas gracias por hacersnos participes de este relato, me parece precioso. Te felicito por lo bien que sabes contar las cosas, es real como la vida misma... ¡que valor tienen todas esas mujeres! Hola M. Luisa, yo sí te sigo en la otra cadena, pero me parece estupendo que compartas tus escritos en este medio. Es una delicia leerte y me encanta que sigas escribiendo. Ya sé, que sería bonito como dice Alfredo, poder contar tantas cosas que todos vivmos, pero poner nombre a ciertas cosas, puede no gustar a todos. Y, deben ser los años, pero recuerdo más a muertos que a vivos. MUJERES OLVIDADAS
Todo es silencio en la madrugada de un día de noviembre. La claridad del cielo estrellado se proyecta sobre la helada, que cubre la superficie del pequeño pueblo que duerme entre montañas. Aunque es muy temprano, de algunas chimeneas sale una columna de humo avisando de que comienza un nuevo día.
María es una mujer madura. Cubre su menudo cuerpo con una bata heredada de alguien más grande que ella. Las comisuras de la boca se dibujan hacia abajo, señal de que hace tiempo que...