mas estos dos calecheros El de los Castañales y su socio,
se mantuvieron muy discretos,
serios como el mi Sidrín,
guardando los secretos.
Y Alvarín tranquilo se reía,
mientras continuaba el disfrute, comida buena en abundancia,
después partida de tute. Jajajajaja ¡Vaya par de ellos! Lo bien que nos lo hicieron pasar con sus ocurrencias