buenos dias maria luisa! si que lo siento que no coincidimos! tu relato del otoño preciioso, tierno y melancolico, como toca en una epoca en que todo el esplendor del verano queda atrás Te animas a venir el 13 de noviembre a Sigüenza en el trenmedieval? Qué bonitos relatos escribes Mari. Es un placer leerlos. Pues con estea me despido.
Por: Mari Blanco
Son las ocho de una mañana de otoño. En la fría tierra de León, empieza a despuntar el día. A través de la ventana veo el fresno, desprovisto de hojas, cubierto por una fina capa blanca que resplandece con puntitos de plata y cristales. Se parece a los árboles artificiales que colocan en los escaparates por Navidad.
Más allá, se extiende la “cerrada” del molinero, con un manto de escarcha. Un gorrión madrugador picotea en el musgo,...