Si quieres tener éxito, promete todo y no cumplas nada. Los hombres son pervertidos no tanto por la riqueza como por el afán de riqueza. La primera obligación de la inteligencia es desconfiar de ella misma. Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él. No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicarselo a tu abuela.