Me ha hecho mucha gracia, querido Fulgencio, (permíteme el tuteo y el acercamiento) el formar parte de tu postportada “Una provincia en blanco y negro” de la Crónica de
León, del día 3 de abril de 2011. Porque de todas las imágenes que navegan sin rumbo por internet, has detenido tus pupilas en un trío a los que has conseguido radiografiar y de un vistazo, tan rápido como el disparo de la máquina de aquel fotógrafo que trabajaba por nuestro
pueblo y que firmaba como Robles, has dado en el clavo.
Eran tiempos de hacer más diabluras de las que se nos permitía… y de muchas correrías por
Canales y
La Magdalena, nuestros dominios. Hay
fotos como esta que actúan como
túneles en el tiempo que nos remontan inesperadamente a algún momento del pasado… y cuando la he vuelto a ver (gracias a ti), un montón de recuerdos se me vinieron a la cabeza. Recuerdos de niños gritones o silenciosos, de lapiceros de
colores y cuadernos arrugados, de pizarras cubiertas de trazos blancos y
mapas desplegados en la
escuela, de
juegos en la
terraza,
castañas pilongas por el suelo… Momentos así, abren de pronto en mi mente el archivo de mi memoria infantil y no dudes que yo era la que enciscaba y embriscaba… para sobrevivir en un mundo de chicotes donde me tocó vivir. Mariajesús Morla