La Romeria 2011. Nada nos envejece tanto como la muerte de aquellos que conocimos durante la infancia. En la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos. Todo el mundo quisiera vivir largo tiempo, pero nadie querría ser viejo. La vejez conduce a una tranquilidad indiferente que asegura la paz interior y exterior.