En las adversidades sale a la luz la virtud. Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un hombre virtuoso. La virtud no consiste en abstenerse del vicio, sino en no desearlo. Una de las supersticiones del ser humano es creer que la virginidad es una virtud. La primera virtud es frenar la lengua, y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse.