Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia. Nuestro deseo desprecia y abandona lo que tenemos para correr detrás de lo que no tenemos. El amor y el deseo son las alas del espíritu de las grandes hazañas. La vida no está hecha de deseos y sí de los actos de cada uno Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos.