El recuerdo más antiguo de la noche de Reyes que tengo es un recuerdo trágico. Después de ver arder las hogeras de La Pedrera en la Magdalena y de la escombrera de la iglesia en Canales, nos fuimos a la cama con la ilusión propia del día. Despertamos de madrugada y rápidamente fuimos a la cocina en busca de lo que los Reyes Magos habían dejado en nuestros zapatos. Recuerdo que a mí me dejaron un coche descapotable para montarlo. Fuimos a la habitación de nuestros padres para enseñarles nuestros regalos, pero nuestra sorpresa era que no estaban. Como teniamos los juguetes, no nos preocupamos de más, nos dedicamos a jugar. Pero la cosa era extraña, que no estubiesen en casa siendo noche cerrada y en una época en que no había cotillones.
La respuesta era que se había quemado la casa de Cruz en la calle de los Balcones. El repique de campanas los habían despertado y habían acudido a ayudar en lo que pudiesen.
A la tarde siguiente me impresionó ver las ruinas humeantes de aquella casa.
Saludos
Juan
La respuesta era que se había quemado la casa de Cruz en la calle de los Balcones. El repique de campanas los habían despertado y habían acudido a ayudar en lo que pudiesen.
A la tarde siguiente me impresionó ver las ruinas humeantes de aquella casa.
Saludos
Juan