Que buenos recuerdos guardo de Honorato, el hijo de Jandro. Cuanto nos llamamos "primo" en ese prado del Bao, mientras le dábamos al balón con ganas en aquellos infatigables partidos que duraban horas y horas, en las tardes de
verano. Fueron muchos años hasta que ya dejamos de vernos. Un fuerte saludo, NOGUET, primo.