Los buenos de Loren y Manolín el carnicero, neutrales, en su punto y protagonistas del día en que se casaron. Hacia la derecha y puesto que entraba el sol por la sacristía, esas dos filigresas una de rojo y otra de blanco, posaban cálidas hacia la concurrencia. Pero ay hermanos, en cuanto miramos de la novia hacia la izquierda, como cambia el panorama. Y es que la Pedrera es mucha Pedrera y cuando atiza la fresca brisa, se acabó la risa y aparecen los abrigos. En los mismos rostros de estos claros cuatro ejemplos se nota el clima. Viva Canales ¡