No te asomes a la
ventana, que no hay nada en esta
casa. Asómate a mi alma.
Pintada, no vacía: pintada está mi
casa del
color de las grandes pasiones y desgracias.
En vuestra mano está la libertad del ala, la libertad del mundo, soldados voladores: y arrancaréis del
cielo la codiciosa y mala hierba de otros motores.