En vuestra mano está la libertad del ala, la libertad del mundo, soldados voladores: y arrancaréis del cielo la codiciosa y mala hierba de otros motores.
¿Quién llenará este vacío de cielo desalentado que deja tu cuerpo al mío?
Sangre remota. Remoto cuerpo, dentro de todo: dentro, muy dentro de mis pasiones, de mis deseos.
sta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala. Este rosal sin ventura, este espliego júbilo exhala.