Oh, claro, claro, claro!
Amor siempre se hiela.
¡Y en esa "Calle Larga"
con reja, reja y reja,
cien veces, platicando
con cien galanes, ella!
¡Oh, claro, claro, claro!
Amor es calle entera,
con celos, celosías,
canciones a las puertas...
Yo traigo un do de pecho
guardado en la cartera.
¿Qué te parece?
—Guarda.
Hoy cantan las estrellas,
y nada más.
— ¿Nos vamos?
—Tira por esa calleja.
—Pero ¿otra vez empezamos?
"Plaza Donde Hila la Vieja."
Tiene esta plaza un relente...
¿Seguimos?
—Aguarda un poco.
Aquí vive un cura loco
por un lindo adolescente.
Y aquí pena arrepentido,
oyendo siempre tronar,
y viendo serpentear
el rayo que lo ha fundido.
"Calle de la Triste Alcuza."
—Un barrio feo. Gentuza.
¡Alto!... "Pretil del Valiente."
—Pregunta en el tres.
— ¿Manola?
—Aquí. Pero duerme sola:
está de cuerpo presente.
¡Claro, claro! Y siempre clara,
la de la luna en la cara.
— ¿Rezamos?
—No. Vámonos...
Si la madeja enredamos
con esa fiebre, ¡por Dios!,
ya nunca la devanamos.
... Sí, cuatro igual dos y dos.
Amor siempre se hiela.
¡Y en esa "Calle Larga"
con reja, reja y reja,
cien veces, platicando
con cien galanes, ella!
¡Oh, claro, claro, claro!
Amor es calle entera,
con celos, celosías,
canciones a las puertas...
Yo traigo un do de pecho
guardado en la cartera.
¿Qué te parece?
—Guarda.
Hoy cantan las estrellas,
y nada más.
— ¿Nos vamos?
—Tira por esa calleja.
—Pero ¿otra vez empezamos?
"Plaza Donde Hila la Vieja."
Tiene esta plaza un relente...
¿Seguimos?
—Aguarda un poco.
Aquí vive un cura loco
por un lindo adolescente.
Y aquí pena arrepentido,
oyendo siempre tronar,
y viendo serpentear
el rayo que lo ha fundido.
"Calle de la Triste Alcuza."
—Un barrio feo. Gentuza.
¡Alto!... "Pretil del Valiente."
—Pregunta en el tres.
— ¿Manola?
—Aquí. Pero duerme sola:
está de cuerpo presente.
¡Claro, claro! Y siempre clara,
la de la luna en la cara.
— ¿Rezamos?
—No. Vámonos...
Si la madeja enredamos
con esa fiebre, ¡por Dios!,
ya nunca la devanamos.
... Sí, cuatro igual dos y dos.