Bajo el hacha implacable, ¡cuán presto en tierra cayeron encinas y robles!.
Rosalía De Castro
Rosalía De Castro
Hierve la sangre juvenil, se exalta lleno de aliento el corazón, y audaz el loco pensamiento sueña y cree que el hombre es, cual los dioses, inmortal.
Rosalía De Castro
Rosalía De Castro
Puro el aire, la luz sonrosada, ¡qué despertar tan dichoso!.
Rosalía De Castro
Rosalía De Castro