Caballo que es bueno, no ha de menester mucho sonar de su timbre.
El bien no se sabe fuera del hogar, mientras que el mal se transmite a la lejamía.
Siendo tan bellas las flores de loto, sólo con el verdor de las hojas resalta su hermosura.
Convertir las lanzas y escudos en jades y telas.
La flor no se conserva roja cien días.
Dibujar pasteles para matar el hambre.
De un tigre sólo se dibuja la piel, y no los huesos; de una persona sólo se le conoce la cara, y no el corazón.
Dibujar una serpiente añadiéndole patas.
Las dichas no vienen a pares; una desgracia no llega sola.
Con el viento fuerte se conoce la resistencia de la hierba.
Los escándalos de familia no deben trascender para afuera.
Recoger las semillas de sésamo pasando por alto las sandías.
Quien ha atado el cascabel al cuello del tigre, debe quitárselo por sí mismo.
La enfermedad entra por la boca y la desgracia sale de la boca.
En la desgracia habita la felicidad y en la felicidad se oculta la desgracia.
Si escuchas a ambas partes, se hará en ti la luz; si escuchas a una sola, permanecerás en las tinieblas.
El soldado que ha huido cincuenta pasos se ríe del que lo ha hecho cien pasos.
Con el tiempo que pasa se conoce el corazón del hombre.
En aguas de extrema limpidez no puede haber peces, y hombre extremadamente exigente no puede tener compañeros.
Tratar (uno) a los demás tal como lo tratan.