Y aquí está con el segundo, apurando hasta el palillo.
De todas formas, y sin afán de ponerme nostálgico, ve uno esta foto y se siente transportado en el tiempo, pero un tiempo que ya no volverá, joder, que putada.
Tranquilo que el día cuatro está ahí y a este mismo sitio volveremos, y haremos lo mismo, comer, como si no hubiese pasado el tiempo.