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EL VIAJE
Todo era oscuridad. Yo estaba formada de nubes frías de gas y polvo.
En esa época era invisible. Así pasaron años quizás siglos y de pronto, empecé a encogerme. A medida que perdía tamaño me fui rompiendo en trozos pequeños, algunos sin vida pero yo necesitaba hacer algo.
Alguien o algo me llámame y era tanta su esperanza que mi interior empezó a calentarse y fue tan grande la reacción que, cuando la temperatura alcanzó millones de grados, me convertí en una estrella. Y dejé de vagar y me estacione en un lugar oscuro y frio, donde solo se ve mi luz que cada día es más intensa.
……………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………… ……
-Pequeña, no llores ni te asuste. Papá se va air por mucho tiempo, pero estaré bien.
-Pero me quedare sola. ¿Qué voy hacer sin ti?
-Te irás con tu tía, sabes que te quiere mucho.
-No quiero irme tan lejos y dejarte solo.
¿Tu quieres que me ponga bien y no tenga estos dolores?.
-Claro quiero que estés como antes de ponerte enfermo, pero si me voy no te volveré a ver.
-Mira, te voy a contar un secreto y así estaremos juntos. ¿Recuerdas cuando mirábamos por el telescopio?.
-Claro, el cielo estaba lleno de estrellas y me enseñabas sus nombres.
- ¿Sabes que en un punto muy lejano, solo había oscuridad?. Pues a ese lugar me iré.
Pero…Allí está todo oscuro. Te perderás y, si estas solo, tendrás miedo.
-No... No, escucha. tu cada noche mirarás el cielo buscando aquel lugar y un día, no se cuando, veras una luz muy pequeña, que con el paso del tiempo será más grande y brillante. Recuerda que Papa está allí y tiene mucho trabajo por hacer, porque tiene que dar cada vez más luz a la estrella para que te acompañe y no te sientas sola.
- ¿Y cuando tengas todo con mucha luz, vendrás a buscarme?.
-Claro, pero tienen que pasar muchos años, ten en cuenta que aquello está muy oscuro y tengo mucho trabajo que hacer…Cuando seas mayor y tengas hijos, cuéntales donde está el abuelo y que alguna día estaremos todos juntos…Y ahora dame tu mano, que tengo que dormir un ratito.
-Si Papa descansa, y cuando llegue la noche, te prometo que mirare al cielo para ver dónde te vas.
M. BLANCO
Todo era oscuridad. Yo estaba formada de nubes frías de gas y polvo.
En esa época era invisible. Así pasaron años quizás siglos y de pronto, empecé a encogerme. A medida que perdía tamaño me fui rompiendo en trozos pequeños, algunos sin vida pero yo necesitaba hacer algo.
Alguien o algo me llámame y era tanta su esperanza que mi interior empezó a calentarse y fue tan grande la reacción que, cuando la temperatura alcanzó millones de grados, me convertí en una estrella. Y dejé de vagar y me estacione en un lugar oscuro y frio, donde solo se ve mi luz que cada día es más intensa.
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-Pequeña, no llores ni te asuste. Papá se va air por mucho tiempo, pero estaré bien.
-Pero me quedare sola. ¿Qué voy hacer sin ti?
-Te irás con tu tía, sabes que te quiere mucho.
-No quiero irme tan lejos y dejarte solo.
¿Tu quieres que me ponga bien y no tenga estos dolores?.
-Claro quiero que estés como antes de ponerte enfermo, pero si me voy no te volveré a ver.
-Mira, te voy a contar un secreto y así estaremos juntos. ¿Recuerdas cuando mirábamos por el telescopio?.
-Claro, el cielo estaba lleno de estrellas y me enseñabas sus nombres.
- ¿Sabes que en un punto muy lejano, solo había oscuridad?. Pues a ese lugar me iré.
Pero…Allí está todo oscuro. Te perderás y, si estas solo, tendrás miedo.
-No... No, escucha. tu cada noche mirarás el cielo buscando aquel lugar y un día, no se cuando, veras una luz muy pequeña, que con el paso del tiempo será más grande y brillante. Recuerda que Papa está allí y tiene mucho trabajo por hacer, porque tiene que dar cada vez más luz a la estrella para que te acompañe y no te sientas sola.
- ¿Y cuando tengas todo con mucha luz, vendrás a buscarme?.
-Claro, pero tienen que pasar muchos años, ten en cuenta que aquello está muy oscuro y tengo mucho trabajo que hacer…Cuando seas mayor y tengas hijos, cuéntales donde está el abuelo y que alguna día estaremos todos juntos…Y ahora dame tu mano, que tengo que dormir un ratito.
-Si Papa descansa, y cuando llegue la noche, te prometo que mirare al cielo para ver dónde te vas.
M. BLANCO
