Sí, pero nada, no levantó la vista del libro en toda la tarde... yo creo que no me va a perdonar que no fuese a verlo a la catedral, ja, ja! Pero es que la sobremesa era muy tentadora...
Venga, una fotito del DONCEL, muerto de envidia de las migas... que estaba, lee que te lee, no sé como no se aburre, siempre con el mismo libro.