“La historia del Reino de León no se estudia en bachillerato, se despacha en dos líneas”
Fulgencio Fernández / León
El destino de su trabajo era inevitable. Después de numerosas charlas, artículos en prensa y revistas, colaboraciones en documentales y exposiciones relacionadas con la historia medieval del Reino de León tenía que llegar un libro. Ya está en las librerías, se titula ‘Alfonso VI y su reino’.
Puesto a abordar la historia de este Reino de León ¿qué le llevó a elegir la figura de Alfonso VI?
Es uno de nuestros reyes más significativos, sino el que más. Fue el primero que intituló a sí mismo Imperator totius hispaniae (Empredor de toda hispania) y, a su vez, es uno de los que más ha permanecido en la sombra a causa de ese sambenito que le pusieron con El Cid, en el que le dibujan como el malo, el que se las hizo pasar canutas a El Cid, cuando la realidad es bastante diferente.
¿A qué se debe esa buena prensa de El Cid y, con ella, la mala del rey leonés?<%b>
Parece que para hacer más importante a uno hay que denostar al otro y en esa ‘obra de teatro’ a Alfonso VI le dieron el papel del malo, del envidioso con las gestas de Díaz de Vivar, con escenas incluso absurdas, como la Jura de Santa Gadea, que jamás existió.
¿Y a qué se debe?
Yo creo que es una herencia de los cantares de gesta castellanos, que cuando surge Castilla como Reino, después del Reino de León, necesitaban crearse un pasado heroico y nacional. Además como algunos reyes castellanos, como Alfonso VIII, eran descendientes de El Cid pues necesitaban encumbrar su figura.
Si Santa Gadea no existió y buena parte de la biografía de El Cid es leyenda, ¿cómo se produce el salto de la ficción a la historia?
Hoy (por ayer) se presenta en León el libro de Ignacio Escolar ‘La nación inventada’, en el que se explica la confusión entre realidad y ficción que se ha producido en Castilla. Y a los Escolar no podrán acusarlos de intereses leoneses o leonesistas pues se trata de dos periodistas e investigadores burgaleses, del corazón de Castilla, pero conscientes de que hay mucha mitología y lo más lícito, seas de donde seas, es desmontar las mentiras históricas.
¿Y qué papel juega Menéndez Pidal en esta ‘película’?
Un papel importante. Todos los del 98 pero sobre todo Ramón Menéndez Pidal, un personaje obsesionado con El Cid y empeñado en encumbrarlo a cualquier precio. No es vano su obra principal fue ‘La España del Cid’.
No sólo Alfonso VI fue importante, ¿también su reinado coincidió con la mejor época del reino de León?, ¿qué abarcaba?
Hay que recordar que su padre, Fernando I, repartió el Reino de León entre sus tres hijos y a Alfonso le tocó la parte de León; es decir, la actual Asturias, León, Zamora y Salamanca. Era el más grande de los tres reinos, el que tenía la capital, Alfonso ostentaba el derecho de usar el título imperial. Después de sus luchas con su hermano Sancho en 1072 consigue reunificarlo todo y conforma un reino muy amplio al añadirle la actual Galicia, el norte de Portugal, más la parte de Castilla la Vieja. Una vez unificado se va hacia el sur y en 1085 toma Toledo, llevando el reino al sur del Tajo, que fue la máxima expansión lograda por el Reino de León.
Le dedica en su libro un apartado importante a las mujeres, lógico en un monarca que se casó cinco veces tuvo amantes conocidas...
Sí, pero no solo ellas. No podemos olvidar la influencia de su madre, doña Sancha, a la que dio el título de Sancha I para ponerla en plano de igualdad con su marido. Fue la primera mujer con gran influencia en Alfonso, de hecho es sabido que los tres hijos no se atreven a luchar entre ellos mientras vive Sancha, lo que habla de una mujer de gran personalidad. También fue importante la figura de su hermana Urraca, que en los primeros documentos siempre figura a su lado, como su consejera y muy buena, por lo que dicen. De hecho le puso el nombre de Urraca a la única hija que tuvo, por así decirlo, legalmente y la nombró su heredera.
Otro aspecto que destaca es el cambio que se produjo en la escritura durante el reinado de Alfonso VI.
Es un apartado que a mí me gusta mucho pues soy un estudioso de la paleografía. Justo en su época se renuncia a la letra tradicional de Hispania en aquel momento, la visigótica, y se adopta la francesa, que le llamaban entonces, la que hoy se conoce como letra carolina.
El libro fue una idea del 1100 Aniversario (aunque haya salido después) ¿Cómo valora los actos de este año?, ¿han dejado algún poso?
Algún poso sí que ha dejado. Como profesor he visto que en muchos colegios se han realizado trabajos sobre este evento y puede haber despertado un interés que ahora mismo aún no podemos valorar. El mayor defecto creo que fue se falta de repercusión fuera de León.
¿La historia de León está marginada en la enseñanza?
Sin duda. La historia de León no se estudia, prácticamente no aparece en unos libros de texto que al Reino de León, con suerte, le dedican dos lineas y encontramos aberraciones como que Octavio Augusto invadió Castilla y León, lo habitual en los nacionalismos, en este caso castellano.
Aparece hoy en la Crónica de León.
Fulgencio Fernández / León
El destino de su trabajo era inevitable. Después de numerosas charlas, artículos en prensa y revistas, colaboraciones en documentales y exposiciones relacionadas con la historia medieval del Reino de León tenía que llegar un libro. Ya está en las librerías, se titula ‘Alfonso VI y su reino’.
Puesto a abordar la historia de este Reino de León ¿qué le llevó a elegir la figura de Alfonso VI?
Es uno de nuestros reyes más significativos, sino el que más. Fue el primero que intituló a sí mismo Imperator totius hispaniae (Empredor de toda hispania) y, a su vez, es uno de los que más ha permanecido en la sombra a causa de ese sambenito que le pusieron con El Cid, en el que le dibujan como el malo, el que se las hizo pasar canutas a El Cid, cuando la realidad es bastante diferente.
¿A qué se debe esa buena prensa de El Cid y, con ella, la mala del rey leonés?<%b>
Parece que para hacer más importante a uno hay que denostar al otro y en esa ‘obra de teatro’ a Alfonso VI le dieron el papel del malo, del envidioso con las gestas de Díaz de Vivar, con escenas incluso absurdas, como la Jura de Santa Gadea, que jamás existió.
¿Y a qué se debe?
Yo creo que es una herencia de los cantares de gesta castellanos, que cuando surge Castilla como Reino, después del Reino de León, necesitaban crearse un pasado heroico y nacional. Además como algunos reyes castellanos, como Alfonso VIII, eran descendientes de El Cid pues necesitaban encumbrar su figura.
Si Santa Gadea no existió y buena parte de la biografía de El Cid es leyenda, ¿cómo se produce el salto de la ficción a la historia?
Hoy (por ayer) se presenta en León el libro de Ignacio Escolar ‘La nación inventada’, en el que se explica la confusión entre realidad y ficción que se ha producido en Castilla. Y a los Escolar no podrán acusarlos de intereses leoneses o leonesistas pues se trata de dos periodistas e investigadores burgaleses, del corazón de Castilla, pero conscientes de que hay mucha mitología y lo más lícito, seas de donde seas, es desmontar las mentiras históricas.
¿Y qué papel juega Menéndez Pidal en esta ‘película’?
Un papel importante. Todos los del 98 pero sobre todo Ramón Menéndez Pidal, un personaje obsesionado con El Cid y empeñado en encumbrarlo a cualquier precio. No es vano su obra principal fue ‘La España del Cid’.
No sólo Alfonso VI fue importante, ¿también su reinado coincidió con la mejor época del reino de León?, ¿qué abarcaba?
Hay que recordar que su padre, Fernando I, repartió el Reino de León entre sus tres hijos y a Alfonso le tocó la parte de León; es decir, la actual Asturias, León, Zamora y Salamanca. Era el más grande de los tres reinos, el que tenía la capital, Alfonso ostentaba el derecho de usar el título imperial. Después de sus luchas con su hermano Sancho en 1072 consigue reunificarlo todo y conforma un reino muy amplio al añadirle la actual Galicia, el norte de Portugal, más la parte de Castilla la Vieja. Una vez unificado se va hacia el sur y en 1085 toma Toledo, llevando el reino al sur del Tajo, que fue la máxima expansión lograda por el Reino de León.
Le dedica en su libro un apartado importante a las mujeres, lógico en un monarca que se casó cinco veces tuvo amantes conocidas...
Sí, pero no solo ellas. No podemos olvidar la influencia de su madre, doña Sancha, a la que dio el título de Sancha I para ponerla en plano de igualdad con su marido. Fue la primera mujer con gran influencia en Alfonso, de hecho es sabido que los tres hijos no se atreven a luchar entre ellos mientras vive Sancha, lo que habla de una mujer de gran personalidad. También fue importante la figura de su hermana Urraca, que en los primeros documentos siempre figura a su lado, como su consejera y muy buena, por lo que dicen. De hecho le puso el nombre de Urraca a la única hija que tuvo, por así decirlo, legalmente y la nombró su heredera.
Otro aspecto que destaca es el cambio que se produjo en la escritura durante el reinado de Alfonso VI.
Es un apartado que a mí me gusta mucho pues soy un estudioso de la paleografía. Justo en su época se renuncia a la letra tradicional de Hispania en aquel momento, la visigótica, y se adopta la francesa, que le llamaban entonces, la que hoy se conoce como letra carolina.
El libro fue una idea del 1100 Aniversario (aunque haya salido después) ¿Cómo valora los actos de este año?, ¿han dejado algún poso?
Algún poso sí que ha dejado. Como profesor he visto que en muchos colegios se han realizado trabajos sobre este evento y puede haber despertado un interés que ahora mismo aún no podemos valorar. El mayor defecto creo que fue se falta de repercusión fuera de León.
¿La historia de León está marginada en la enseñanza?
Sin duda. La historia de León no se estudia, prácticamente no aparece en unos libros de texto que al Reino de León, con suerte, le dedican dos lineas y encontramos aberraciones como que Octavio Augusto invadió Castilla y León, lo habitual en los nacionalismos, en este caso castellano.
Aparece hoy en la Crónica de León.
Toño, te recomiendo el documental
Raices
910-201O
Conmemoraciòn 1100 Aniversario Reino de Leòn.
Leòn cuna del parlamentarismo
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