
COMPAÑERA Y AMIGA
Cuando era niña todo mi mundo era un pueblecito de la montaña leonesa. Mi familia, mis amigos, la escuela, la iglesia, y en ella, una Virgen muy milagrosa, patrona del pueblo, a la que se le tenía y se le sigue teniendo mucha devoción.
A Ella encomendábamos nuestros juegos, nuestro trabajo, nuestras cosechas, nuestras penas y también nuestras alegrías.
Los pueblos de la montaña están llenos de curiosas tradiciones. Una de ellas consiste en ofrecer a la Virgen los niños recién nacidos, colocándolos a sus pies, en el altar, en una sencilla ceremonia.
Aunque mis padres son de ese pueblo, por circunstancias de la vida yo no nací allí. Por eso mi presentación a la virgen tuvo lugar cuando ya tenía tres años. Mi madre me cuenta que al entrar en la capilla, yo, sobrecogida por el silencio, la escasa luz de las velas encendidas y la solemnidad del momento, le pregunté muy bajito:
-Mamá, ¿Quien es?
Y mi madre con la devoción que caracteriza a las mujeres de mi pueblo, me dijo:
-Tu compañera y amiga para toda la vida.
Ahora que las circunstancias me han llevado lejos de mi tierra, a otra que por hospitalaria también considero ya mía, he encontrado otra aliada, o la misma pero con distinto nombre: La Virgen de las Angustias, patrona de Navalmoral, a la que siempre encomiendo mi vida y mi familia.
Por eso desde estas páginas quiero dedicarle una oración, casi la misma que dedicamos a la Virgen de la Piedad Patrona de Canales, allá por tierras leonesas.
Escucha la oración de este tu pueblo
Virgen de Navalmoral
Y a ese Dios que en tu regazo descansa
Por nosotros rogad
(Este articulo lo escribí para le revista que se publicó con motivo de las fiestas de la patrona de Navalmoral en 1998 siendo yo mayordoma de la Vigen)
Cuando era niña todo mi mundo era un pueblecito de la montaña leonesa. Mi familia, mis amigos, la escuela, la iglesia, y en ella, una Virgen muy milagrosa, patrona del pueblo, a la que se le tenía y se le sigue teniendo mucha devoción.
A Ella encomendábamos nuestros juegos, nuestro trabajo, nuestras cosechas, nuestras penas y también nuestras alegrías.
Los pueblos de la montaña están llenos de curiosas tradiciones. Una de ellas consiste en ofrecer a la Virgen los niños recién nacidos, colocándolos a sus pies, en el altar, en una sencilla ceremonia.
Aunque mis padres son de ese pueblo, por circunstancias de la vida yo no nací allí. Por eso mi presentación a la virgen tuvo lugar cuando ya tenía tres años. Mi madre me cuenta que al entrar en la capilla, yo, sobrecogida por el silencio, la escasa luz de las velas encendidas y la solemnidad del momento, le pregunté muy bajito:
-Mamá, ¿Quien es?
Y mi madre con la devoción que caracteriza a las mujeres de mi pueblo, me dijo:
-Tu compañera y amiga para toda la vida.
Ahora que las circunstancias me han llevado lejos de mi tierra, a otra que por hospitalaria también considero ya mía, he encontrado otra aliada, o la misma pero con distinto nombre: La Virgen de las Angustias, patrona de Navalmoral, a la que siempre encomiendo mi vida y mi familia.
Por eso desde estas páginas quiero dedicarle una oración, casi la misma que dedicamos a la Virgen de la Piedad Patrona de Canales, allá por tierras leonesas.
Escucha la oración de este tu pueblo
Virgen de Navalmoral
Y a ese Dios que en tu regazo descansa
Por nosotros rogad
(Este articulo lo escribí para le revista que se publicó con motivo de las fiestas de la patrona de Navalmoral en 1998 siendo yo mayordoma de la Vigen)
Una costumbre que se sigue manteniendo y que es muy emocionante, para todas las personas que le tenemos tanta devociòn
Estás segura de que ahora se sigue? Creo que ultimamente no se siguen muchas de todas las costumbres que teníamos en la iglesia de Canales.
Mira una que se arrecuperado es que ahora los vuelven a bautizar en la pila bautismal. Y claro que otras se estàn perdiendo, es triste pero es asi
Una que se està perdiendo es la procesiòn del niño Jesus el dia de Pascua y mira que lo intentamos el recuperarlo y no quedan niños para llevarlo
No hay niños de Comunión?
Ni niños ni niñas, los ultimos años lo llevaban niños y niñas
Osea, que ya ni catequesis.... que pena.