A ti, Niñi.
Recuerdos de aquel juego llamado "de los cartones" en cualquier parte del pueblo y a la salida de la escuela. Nos acompañaba en ocasiones el sano frío que hacía asomar en nuestras napias, sendas velas verticales que acababan casi siempre resignadas descansando en las brillantes y pegajosas mangas de las sufridas chaquetas. Y es que el juego primaba, no se podía perder tiempo en soltar las preciadas piedras de las manos, para sacar los pañuelos. Último, último, timo, timo, timo……. (alguien estaba pidiendo la vez para ser último en la tirada de la piedra para la siguiente partida)……. Te estoy oyendo Niñi, y a tu hermano Julio César “Penúltimo, penúltimo, núltimo, núltimo……, que rosario en plena calle y con que dedicación nos empleábamos en aquellas partidas interminables y es que el que iba perdiendo, obligaba a seguir jugando a los ganadores. Eras el más pequeño de la cuadrilla. Recuerdo tu sonrisa perenne, tu buen humor. Nos has dejado y ya no coincidiremos más contigo cuando vayamos al pueblín, pero tu memoria seguirá siempre ahí. Esa sonrisa, ese gesto acogedor, nunca nadie nos lo quitará de nuestras mentes. Hasta siempre Niñi.
Recuerdos de aquel juego llamado "de los cartones" en cualquier parte del pueblo y a la salida de la escuela. Nos acompañaba en ocasiones el sano frío que hacía asomar en nuestras napias, sendas velas verticales que acababan casi siempre resignadas descansando en las brillantes y pegajosas mangas de las sufridas chaquetas. Y es que el juego primaba, no se podía perder tiempo en soltar las preciadas piedras de las manos, para sacar los pañuelos. Último, último, timo, timo, timo……. (alguien estaba pidiendo la vez para ser último en la tirada de la piedra para la siguiente partida)……. Te estoy oyendo Niñi, y a tu hermano Julio César “Penúltimo, penúltimo, núltimo, núltimo……, que rosario en plena calle y con que dedicación nos empleábamos en aquellas partidas interminables y es que el que iba perdiendo, obligaba a seguir jugando a los ganadores. Eras el más pequeño de la cuadrilla. Recuerdo tu sonrisa perenne, tu buen humor. Nos has dejado y ya no coincidiremos más contigo cuando vayamos al pueblín, pero tu memoria seguirá siempre ahí. Esa sonrisa, ese gesto acogedor, nunca nadie nos lo quitará de nuestras mentes. Hasta siempre Niñi.
¿Quien era Niñi presi, perdona pero ando un poco despistada
Un nieto de Tasia, hijo de Maruja y Pepe.