Donde se quiere a los libros también se quiere a los hombres.
Cuando un pueblo ya no lee a sus escritores, los festeja.
Un libro puede ser agradable con muchas imperfecciones y enojosísimos sin un defecto.
El ritmo es lo que hace a la poesía persuasiva y no informativa.
Grande o pequeño, todo hombre es poeta si sabe ver el ideal, más allá de sus actos.