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manuel c. cachafeiro | león 14/09/2011

El radar instalado en uno de los semáforos de la confluencia de las calles Padre Isla y Alvaro López Núñez, también conocido como foto-rojo, saltó el pasado lunes 57 veces en su primer día de funcionamiento, de los que, en 38 casos, los conductores serán multados con 200 euros y la retirada de cuatro puntos en el carné de conducir, aunque pueden ser sólo 100 si lo pagan de forma inmediata.

De seguir esa media, el foto-rojo de Padre Isla podría recaudar para las maltrechas arcas municipales entre 3.000 y 7.500 euros diarios, en función del número de conductores que opten por abonar la sanción al recibir la notificación y siempre y cuando se mantenga la media del primer día.

Su puesta en marcha fue anunciada el pasado viernes por el concejal de Tráfico, Ricardo Gavilanes, después de que estuviera en periodo de pruebas todo el verano, y se viene a sumar al que ya funciona desde hace más de un año en la avenida Alcalde Miguel Castaño.

Esa diferencia entre el número de veces que saltó y los vehículos sancionados el primer día se explica por varias razones. La primera, porque suele haber un margen de error de un 15%, según señalan fuentes municipales, ya que los coches que se lo saltan en ámbar no son sancionables. Por eso motivo, de los 57 casos totales del pasado lunes se eliminaron ocho, a los que hay que restar otros seis porque eran ambulancias y otros cinco de vehículos que no alcanzaban el mínimo para ser sancionados.

Durante el periodo de pruebas, el foto-rojo de Padre Isla llegó a contabilizar una media de 80 infracciones al día, 23 más que en su primer día de funcionamiento. Una reducción que, según fuentes municipales, es normal que se produzca ya que en los últimos días se le ha dado publicidad y los conductores suelen pasar con precaución.

El semáforo-espía de Padre Isla, como también se les denomina, fue instalado a finales del anterior mandato, aunque sólo la carcasa exterior, ya que en un principio se planteó la idea de que compartiera el software -la caja negra- con el de Alcalde Miguel Castaño. El cambio de equipo de gobierno provocó que el nuevo concejal de Tráfico, Ricardo Gavilanes, no siguiera con la misma intención. Gavilanes optó por realizar antes un estudio de los dos semáforos espía que existían, en Alcalde Miguel Castaño y la avenida de Europa, también cerca de la plaza de Santa Ana.

Al final, tomó la decisión de eliminar el que esta estaba instalado en la avenida de Europa. La versión oficial fue que tenía continuas averías, sobre todo cuando llovía, y su arreglo era costoso. La versión extraoficial es que ponía pocas multas.

En cualquier caso, desde el Ayuntamiento de León se defendió que su eliminación no tenía consecuencias económicas para las arcas municipales, ya que su gestión entraba dentro del contrato con la empresa que gestiona la red semafórica de la ciudad.

Los dos radares espía con que cuenta el Ayuntamiento de León están instalados en dos puntos muy distantes de la ciudad, como son Alcalde Miguel Castaño, en la salida hacia la carretera de Valladolid, y Padre Isla, en la zona hacia la carretera de Asturias y el barrio de Eras de Renueva, ambas con gran intensidad de tráfico a lo largo de todo el día.

Lo que descarta el nuevo concejal de Tráfico es la instalación de más foto-rojos en otros puntos de la ciudad. Aunque tienen una gran eficacia económica, a la vista de las infracciones diarias, su alto coste de mantenimiento y su precio de compra hacen que, por ahora, se queden en dos. Estos sistemas son utilizados en muchas ciudades de España, con éxito también.