Cerca de 50 agrupaciones de todos los rincones de la provincia participaron ayer en el desfile
Los carruajes tirados por bueyes, vacas, caballos y burros mostraron las costumbres e indumentarias más tradicionales de la provincia. M. MARCOS
J. J. Porras / León
Cerca de 50 agrupaciones con sus carros y carruajes procedentes de todos los puntos de la provincia se congregaron ayer en León en su cita anual con las fiestas de San Froilán.
El concurso de carros engalanados, que recorrió las principales calles de la ciudad hasta finalizar en la plaza del Grano, congregó a 16 carros tirados por vacunos, 20 por caballos y ponys y 12 por burros que lucharon por llevarse el premio mayor, así como los restantes galardones que entre 600 y 60 euros se repartieron ayer entre 15 de los participantes.
El desfile, al que acompañó más que un tiempo veraniego para la época del año, congregó a miles de personas que antes, durante y tras la finalización disfrutaron de los carros adornados con las más variadas tradiciones leonesas y cargados con los productos que la tierra otorga al campo provincial.
Unos carros acompañados por agrupaciones vestidas con la indumentaria tradicional y que a pesar del calor, lucían sus mejores ropas con pañuelos, gorros de invierno e incluso madreñas. A los que acompañaban numerosas capas leonesas. Todo aderezado con la música de dulzaina y tamboril, castañuelas en ristre para bailar los bailes más tradicionales del folklore leonés.
Alta participación
Desde el Ayuntamiento de León se destacaba ayer la alta participación de carros, una de las mayores que se recuerdan, así como la masiva afluencia de público que hizo muchas veces difícil el tránsito por las calles por las que discurrió el desfile.
A la masiva fluencia de leoneses capitalinos y del resto de la provincia se sumó la de los cientos de turistas y peregrinos que, en la mayoría de las veces sin esperárselo, se encontraron ayer con un regalo como el desfile de carros y de pendones en los que pudieron conocer varias de las más arraigadas tradiciones leonesas. Y no era para menos, las cámaras digitales echaban humo y no por el calor sino para captar las inesperadas e inigualables instantáneas con las que se encontraron en la mañana de ayer por las calles de la ciudad.
Los carruajes tirados por bueyes, vacas, caballos y burros mostraron las costumbres e indumentarias más tradicionales de la provincia. M. MARCOS
J. J. Porras / León
Cerca de 50 agrupaciones con sus carros y carruajes procedentes de todos los puntos de la provincia se congregaron ayer en León en su cita anual con las fiestas de San Froilán.
El concurso de carros engalanados, que recorrió las principales calles de la ciudad hasta finalizar en la plaza del Grano, congregó a 16 carros tirados por vacunos, 20 por caballos y ponys y 12 por burros que lucharon por llevarse el premio mayor, así como los restantes galardones que entre 600 y 60 euros se repartieron ayer entre 15 de los participantes.
El desfile, al que acompañó más que un tiempo veraniego para la época del año, congregó a miles de personas que antes, durante y tras la finalización disfrutaron de los carros adornados con las más variadas tradiciones leonesas y cargados con los productos que la tierra otorga al campo provincial.
Unos carros acompañados por agrupaciones vestidas con la indumentaria tradicional y que a pesar del calor, lucían sus mejores ropas con pañuelos, gorros de invierno e incluso madreñas. A los que acompañaban numerosas capas leonesas. Todo aderezado con la música de dulzaina y tamboril, castañuelas en ristre para bailar los bailes más tradicionales del folklore leonés.
Alta participación
Desde el Ayuntamiento de León se destacaba ayer la alta participación de carros, una de las mayores que se recuerdan, así como la masiva afluencia de público que hizo muchas veces difícil el tránsito por las calles por las que discurrió el desfile.
A la masiva fluencia de leoneses capitalinos y del resto de la provincia se sumó la de los cientos de turistas y peregrinos que, en la mayoría de las veces sin esperárselo, se encontraron ayer con un regalo como el desfile de carros y de pendones en los que pudieron conocer varias de las más arraigadas tradiciones leonesas. Y no era para menos, las cámaras digitales echaban humo y no por el calor sino para captar las inesperadas e inigualables instantáneas con las que se encontraron en la mañana de ayer por las calles de la ciudad.