La pobre Yolanda no fue vestida a la antigua usanza, pero no fue culpa de ella. Hubo que hacer cambios sobre la marcha y al final, le tocó leer.
Con los pequeños fallos también se aprende. Seguro que para el año que viene, eso no volverá a suceder.
Gracias prima, por tu siempre generosa predisposición.
Con los pequeños fallos también se aprende. Seguro que para el año que viene, eso no volverá a suceder.
Gracias prima, por tu siempre generosa predisposición.