Desde luego las lentejas apetece comerse un plato.
Estas lentejass me recuerdan a cuando yo me casé y me fui de viaje de novios, que una
noche paramos a dormir en El
Rincon de la Victoria en
Malaga en un
hotel que por lo que se veia la gente solian ser clientes fijos y vimos a un hombre comiendose un par de platos de lentejas que no los saltaba un gitano a pies juntos.