villabalter posible punto del mal olor
a. c. / m. a. z. | león 14/01/2012
El rastreo para detectar el origen del mal olor que desde principio de semana invade cada tarde la ciudad, a partir de la caída del sol, gana espacio al norte de la capital leonesa. Un franja que desde el inicio de las pesquisas se había fijado como línea preferente de procedencia, debido a la dirección del leve viento registrado, pero que con el paso de las jornadas se acota todavía más y aumenta la nómina de posibles focos desde los que se ha expandido el hedor. Hipótesis entre las cuales se ha investigado una granja de 90.000 pollos en la localidad de Villabalter, dentro del término municipal de San Andrés del Rabanedo, que cuenta con una finca aneja en la que se han acumulado gran cantidad de purines de las aves mezclados con paja. «No se puede certificar que venga de ahí, pero sí que es uno de los sitios en el entorno en los que se ha mirado», confirmaron ayer desde la investigación, todavía abierta, en la que participan las policías locales de León y San Andrés, además del Seprona de la Guardia Civil.
El estiércol de la granja agropecuaria, situada en un paraje de monte, alejado del núcleo urbano de Villabalter, fue removido en las últimas jornadas para trasladarlo a otro lugar y usarlo como abono, según confirmaron los concejales de Policía y Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, Francisco Herrero y Noelia Álvarez, después de visitar las instalaciones. «Pudimos comprobar que huele como olía estos días en la ciudad», afirmaron los ediles, quienes reseñaron que en la finca había a última hora del miércoles «como dos remolques de estiércol», pero «se notaba por el terreno que había habido todavía más en las últimas jornadas».
La actividad ganadera no es nueva, ni han variado las prácticas este año. Dentro del proceso tradicional de gestión, común en muchas granjas, los excrementos que salen mezclados con la paja en la limpieza de la granja se acumulan cada jornada en una finca. El lugar en el que se da la fermentación natural del estiércol, que se remueve para cargarlo en remolques que lo trasladan a otros campos en los que se extiende para preparar la tierra para las siembras. Nada extraño, según explicó un responsable de la explotación a los ediles, quienes confirmaron que cuenta con todos los papeles en regla y descartaron que quepa la posibilidad de sanción alguna al cumplir con los requisitos para la manipulación de este tipo de residuos.
a. c. / m. a. z. | león 14/01/2012
El rastreo para detectar el origen del mal olor que desde principio de semana invade cada tarde la ciudad, a partir de la caída del sol, gana espacio al norte de la capital leonesa. Un franja que desde el inicio de las pesquisas se había fijado como línea preferente de procedencia, debido a la dirección del leve viento registrado, pero que con el paso de las jornadas se acota todavía más y aumenta la nómina de posibles focos desde los que se ha expandido el hedor. Hipótesis entre las cuales se ha investigado una granja de 90.000 pollos en la localidad de Villabalter, dentro del término municipal de San Andrés del Rabanedo, que cuenta con una finca aneja en la que se han acumulado gran cantidad de purines de las aves mezclados con paja. «No se puede certificar que venga de ahí, pero sí que es uno de los sitios en el entorno en los que se ha mirado», confirmaron ayer desde la investigación, todavía abierta, en la que participan las policías locales de León y San Andrés, además del Seprona de la Guardia Civil.
El estiércol de la granja agropecuaria, situada en un paraje de monte, alejado del núcleo urbano de Villabalter, fue removido en las últimas jornadas para trasladarlo a otro lugar y usarlo como abono, según confirmaron los concejales de Policía y Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, Francisco Herrero y Noelia Álvarez, después de visitar las instalaciones. «Pudimos comprobar que huele como olía estos días en la ciudad», afirmaron los ediles, quienes reseñaron que en la finca había a última hora del miércoles «como dos remolques de estiércol», pero «se notaba por el terreno que había habido todavía más en las últimas jornadas».
La actividad ganadera no es nueva, ni han variado las prácticas este año. Dentro del proceso tradicional de gestión, común en muchas granjas, los excrementos que salen mezclados con la paja en la limpieza de la granja se acumulan cada jornada en una finca. El lugar en el que se da la fermentación natural del estiércol, que se remueve para cargarlo en remolques que lo trasladan a otros campos en los que se extiende para preparar la tierra para las siembras. Nada extraño, según explicó un responsable de la explotación a los ediles, quienes confirmaron que cuenta con todos los papeles en regla y descartaron que quepa la posibilidad de sanción alguna al cumplir con los requisitos para la manipulación de este tipo de residuos.