Los pésimos olores que invadieron la capital y el alfoz hasta hace diez días vuelven a atacar de nuevo y las autoridades no encuentran soluciones al molesto problema.
miguel ángel zamora | león 25/01/2012
Extinguida supuestamente la nube de aires fétidos que hasta hace diez días convertían en irrespirable el aroma de mi hogar, León vuelve a preguntarse de dónde proceden los alarmantes ambientes que a media tarde empezaron a envolver la capital y especialmente los barrios periféricos hasta provocar una situación de cierta alarma, a tenor de las llamadas telefónicas que se sucedieron en las diferentes administraciones durante la jornada.
El pasado 15 de enero la lluvia, aunque algo escasa, sirvió para poner fin al pésimo aroma que durante algo más de una semana invadió los arrabales del Bernesga y el Torío. Pese a que en la primera entrega de esta situación tan poco decorosa el asunto pareció quedar resuelto por sí solo, la segunda parte abre interrogantes de nuevo.
Por de pronto, la Policía Local de San Andrés del Rabanedo ya ha puesto fin a las primeras especulaciones. Fuentes consultadas por este periódico aseguraron que los municipales de la zona trepalense ya han investigado de cabo a rabo la finca en la que se suponía anteriormente que se habían depositado los vertidos de estiércol causantes de la contaminación olfativa y aseguran que ya no queda un solo gramo de estiércol en la zona. Primera posibilidad descartada.
No hay novedades. «No hay ninguna novedad, y decir lo contrario es mentir. Hemos vuelto a consultar a los técnicos pero nos dicen que no hay ninguna novedad y que el trasfondo que se baraja está relacionado con las condiciones excepcionales en lo climatológico. Parece que esa es la causa, pero reconozco que no lo sabemos a ciencia cierta», según reconoció ayer el portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de León, José María López Benito.
La termólisis inversa vuelve a primer plano de la actualidad. También conocida como descomposición térmica, es un fenómeno por el cual una sustancia se transforma en dos diferentes al aplicarse calor en el sistema. Básicamente, la existencia de temperaturas inusualmente altas por las tardes y la ausencia de lluvias que limpien el ambiente, confluyen como argumentos básicos para que esto ocurra. Y entre las sustancias que no se limpian por falta de líquido elemento y los demás factores, el hedor campa a sus anchas.
¿Por qué?. « ¿Por qué por las tardes y no por las mañanas?», se pregunta el portavoz del equipo de Gobierno. «Intentamos buscar una explicación razonable pero parece ser que incluso entre quienes entienden del tema no terminan de ponerse de acuerdo porque el asunto es mucho más complejo de lo que parece».
Siempre queda el remedio de acordarse de Santa Bárbara, a ver si hay suerte y pronto truena. «Creo que en cuanto llueva, se arreglará. Por lo menos eso es lo que pasó la otra vez», reconoce López Benito. «No hay nada nuevo que decir, salvo que esta vez no nos pilla de sorpresa y que sinceramente, a esta hora (media tarde de ayer) no hay novedades.
En la calle, se reprodujeron las escenas de disgusto, no tanto en las vías más céntricas de la capital como en los barrios periféricos y fundamentalmente en las principales localidades del alfoz.
Es tiempo de invocar a la Virgen de la Cueva. Que llueva.
miguel ángel zamora | león 25/01/2012
Extinguida supuestamente la nube de aires fétidos que hasta hace diez días convertían en irrespirable el aroma de mi hogar, León vuelve a preguntarse de dónde proceden los alarmantes ambientes que a media tarde empezaron a envolver la capital y especialmente los barrios periféricos hasta provocar una situación de cierta alarma, a tenor de las llamadas telefónicas que se sucedieron en las diferentes administraciones durante la jornada.
El pasado 15 de enero la lluvia, aunque algo escasa, sirvió para poner fin al pésimo aroma que durante algo más de una semana invadió los arrabales del Bernesga y el Torío. Pese a que en la primera entrega de esta situación tan poco decorosa el asunto pareció quedar resuelto por sí solo, la segunda parte abre interrogantes de nuevo.
Por de pronto, la Policía Local de San Andrés del Rabanedo ya ha puesto fin a las primeras especulaciones. Fuentes consultadas por este periódico aseguraron que los municipales de la zona trepalense ya han investigado de cabo a rabo la finca en la que se suponía anteriormente que se habían depositado los vertidos de estiércol causantes de la contaminación olfativa y aseguran que ya no queda un solo gramo de estiércol en la zona. Primera posibilidad descartada.
No hay novedades. «No hay ninguna novedad, y decir lo contrario es mentir. Hemos vuelto a consultar a los técnicos pero nos dicen que no hay ninguna novedad y que el trasfondo que se baraja está relacionado con las condiciones excepcionales en lo climatológico. Parece que esa es la causa, pero reconozco que no lo sabemos a ciencia cierta», según reconoció ayer el portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de León, José María López Benito.
La termólisis inversa vuelve a primer plano de la actualidad. También conocida como descomposición térmica, es un fenómeno por el cual una sustancia se transforma en dos diferentes al aplicarse calor en el sistema. Básicamente, la existencia de temperaturas inusualmente altas por las tardes y la ausencia de lluvias que limpien el ambiente, confluyen como argumentos básicos para que esto ocurra. Y entre las sustancias que no se limpian por falta de líquido elemento y los demás factores, el hedor campa a sus anchas.
¿Por qué?. « ¿Por qué por las tardes y no por las mañanas?», se pregunta el portavoz del equipo de Gobierno. «Intentamos buscar una explicación razonable pero parece ser que incluso entre quienes entienden del tema no terminan de ponerse de acuerdo porque el asunto es mucho más complejo de lo que parece».
Siempre queda el remedio de acordarse de Santa Bárbara, a ver si hay suerte y pronto truena. «Creo que en cuanto llueva, se arreglará. Por lo menos eso es lo que pasó la otra vez», reconoce López Benito. «No hay nada nuevo que decir, salvo que esta vez no nos pilla de sorpresa y que sinceramente, a esta hora (media tarde de ayer) no hay novedades.
En la calle, se reprodujeron las escenas de disgusto, no tanto en las vías más céntricas de la capital como en los barrios periféricos y fundamentalmente en las principales localidades del alfoz.
Es tiempo de invocar a la Virgen de la Cueva. Que llueva.