La frase “tener la sangre azul”,
aplicada generalmente a la aristocracia y a la nobleza,
tiene su origen en la antigüedad,
cuando estas clases sociales eran las únicas que se libraban de realizar las duras tareas del campo.
Como no se exponían al sol, su piel era mucho más blanca que la de los demás; tanto, que las venas se les transparentaban, dejando ver un tono azulado.
aplicada generalmente a la aristocracia y a la nobleza,
tiene su origen en la antigüedad,
cuando estas clases sociales eran las únicas que se libraban de realizar las duras tareas del campo.
Como no se exponían al sol, su piel era mucho más blanca que la de los demás; tanto, que las venas se les transparentaban, dejando ver un tono azulado.