Cuando Adolfo Hitler hizo de la cruz gamada el símbolo del partido nazi alemán cometió el error de usarla en posición oblicua, que era como la empleaban sus inventores prehistóricos para indicar mala suerte: puesta así, la cruz gamada indicaba derrota.
Cuando le explicaron esto a Hitler, ya era demasiado tarde y no fue posible corregirlo: "Preferiría haber perdido una batalla", dicen que comentó, "en lugar de cometer tal error". Ésa fue, según algunas leyendas, la verdadera razón de que los alemanes perdieran la II Guerra Mundial; con la cruz gamada bien horizontal, otro gallo les habría cantado.
No fue ése el único error de Adolfo Hitler: para designar a la raza superior, o sea, a los germanos, eligió el término ario, que en realidad es el nombre que se daban a sí mismos los primeros invasores indoeuropeos de Asia Occidental y Europa.
Y así siguió, de error en error, hasta el último día de su vida, en el búnker de Berlín.
Cuando le explicaron esto a Hitler, ya era demasiado tarde y no fue posible corregirlo: "Preferiría haber perdido una batalla", dicen que comentó, "en lugar de cometer tal error". Ésa fue, según algunas leyendas, la verdadera razón de que los alemanes perdieran la II Guerra Mundial; con la cruz gamada bien horizontal, otro gallo les habría cantado.
No fue ése el único error de Adolfo Hitler: para designar a la raza superior, o sea, a los germanos, eligió el término ario, que en realidad es el nombre que se daban a sí mismos los primeros invasores indoeuropeos de Asia Occidental y Europa.
Y así siguió, de error en error, hasta el último día de su vida, en el búnker de Berlín.